Nuestra casa tiene vista al valle màs bello de las colinas de Fiesole, que se abre alcanzando Florencia.
Desde nuestras ventanas, se admira la cùpula de Brunelleschi, y el campanario de Fiesole. Un panorama encantador!
El Fornaccio es una casa colonial campesina del 500, pertenecìa a la finca del Olmo, reestructurada, inmersa en un contexto de cuentos.
Es una casa de campo, en el verdadero sentido de la palabra, dònde no hay pavimentos encerados, muebles de valor, donde el orden no es una obsesiòn.
Silenciosa, por elecciòn no hay televisiòn, ni tampoco aire acondicionado, en conclusiòn un sitio dònde poder pasar los dìas en paz y con los sonidos de la naturaleza. En nuestra casa se respira aire familiar, nos gusta hacer sentir a nuestros huèspedes como si estuviesen en su casa, compartiendo, si quieren, nuestros espacios, como por ejemplo comiendo en la misma mesa en la gran sala.
Aquì viven Loredana, su hija Eleonora Carmela que tiene siete años, su perro Nanà, y Spillo “el erizo que encontramos y al cual le salavamos la vida”.
Loredana habla poco el inglès, habla bien el español, pero siempre se hace entender; su lenguaje, de buena napoletana es como ella dice “universal”.
Nuestra casa està inmersa en el campo, entre àrboles de olivares y de frutas, dònde poder acostarse en los càlidos dìas de primavera, o protegerse bajo la sombra de una grande y secular encina que, junto al Fornaccio, dominan uno de los valles que se asoman a Firenze y Fiesole, el “Valle del Mugnone”.